26 may 2011

¿Qué sabemos sobre cómo los medios y recursos de enseñanza funcionan en los contextos educativos y en los procesos de enseñanza-aprendizaje?

Nuestras primeras referencias queremos que vayan destinadas a la reflexión sobre los motivos que nos pueden llevar al estudio y el análisis de los medios y materiales de enseñanza, ya que hasta la fecha se ha asumido por principio que su incorporación favorecería los procesos de enseñanza-aprendizaje, y no se han llevado a cabo estudios sobre sus verdaderas posibilidades en los contextos educativos, centrándonos fundamentalmente para justificar su inserción exclusivamente n sus componentes y parámetros físicos. Al respecto ya nosotros en otro trabajo (Cabero, 1989, 52) propusimos algunos motivos que nos debían llevar a reflexionar sobre sus posibilidades en el terreno educativo, a las cuales les podemos incorporar otros, que nos permiten resumirlos en los siguientes: 
    - Los efectos que tienen en la sociedad en general y en la educación en particular.  - La importancia que el aprendizaje mediado tiene para el ser humano, tanto a niveles cognitivos, como afectivo y psicomotores.  - El papel que desempeñan como elementos intermedios del curriculum.  - El encontrarnos con una diversidad de planes de inserción masiva de medios en los contextos instruccionales.  - La necesidad de ir elaborando un cuerpo teórico que nos ayude a comprender su funcionamiento curricular.  - El desconocimiento actual que tenemos sobre el porqué y cómo funcionan en contextos curriculares.  - La carencia de investigaciones.  - La significatividad que tienen como instrumentos de aprendizaje.  - La aparición de nuevos canales de comunicación respecto a los cuales desconocemos su verdaderas potencialidades para el aprendizaje.  - La importancia que tienen como elementos motivacionales.  - Las interacciones simbólicas que establecen con las habilidades cognitivas de los sujetos.  - La significación que tienen como elementos ideológicos.  - Y las posibilidades que poseen para presentar información a la cual no podemos acceder por nuestras características fisiológicas e históricas. 
        Resulta llamativo que frente a estos motivos, algunos de ellos verdaderamente significativos, los profesores seguimos apoyándonos en nuestra actividad profesional en el libro de texto y otros materiales impresos. Sin olvidar que el uso que solemos hacer de los mismos, se encuentra limitado al aprendizaje de sus sistemas simbólicos y lenguajes, y a utilizaciones motivacionales, ilustrativas y lúdicas. 
        Como ya apunté en otro trabajo (Cabero, 1992) esta situación entra en contradicción con diferentes hechos. Por una parte, por los esfuerzos que desde las diferentes administraciones, instituciones, y desde los propios centros, se están realizando en los últimos años para la incorporación de los medios y recursos de aprendizaje a los contextos educativos. Como son los casos de los proyectos Atenea o Mercurio, realizados en España para la incorporación del vídeo y la informática a los centros educativos, o el proyecto “Medios de Comunicación y Educación” realizado por la Organización de los Estados Iberoamericanos, elaborado para mejorar la escuela mediante el establecimiento de una nueva práctica pedagógica, basada en el uso de los medios para la formación de receptores críticos, o tantos otros, que el lector interesado puede revisar en los trabajos de Aguaded (1995) y Cabero (1995). Sin olvidar que los estudios que se han preocupado por analizar las actitudes de los profesores hacia los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías de la información y comunicación, ponen de entrada claramente de manifiesto que las predisposiciones son altamente positivas a su incorporación a la práctica escolar (Cabero, 1994; Castaño, 1994). Y por último y no por ello menos importante, la significación que adquieren en la implantación de las nuevas reformas educativas que están comenzando a desarrollarse. 
        Las causas de esta situación, así como la respuesta a la pregunta sobre cómo utilizarlos en los procesos de enseñanza-aprendizaje, que digamos de paso siguen apoyándose más en bases aleatorias que en principios racionales y científicos de utilización, tenemos que buscarla en diferentes aspectos que van desde los meramente económicos, y administrativos, hasta los didácticos y curriculares. Y en estos últimos, que creemos que son los más significativos, debemos de reconocer que en los últimos años el conocimiento técnico que manejamos sobre los medios se ha ampliado y variado, de manera que frente a las perspectivas técnicas, teóricas mesiánicas e instrumentales que durante bastante tiempo han imperado en nuestro contexto científico y cultural, encontramos hoy otras que hacen más hincapié en dimensiones curriculares y didácticas, y que han ido adquiriendo terreno y fundamentación. 
        Estas concepciones han permitido consolidar y manejar nuevos principios sobre ellos, entre los cuales, y sin ánimo de cerrar las aportaciones podemos destacar, los siguientes: 
    - Los medios no son más que unos elementos curriculares.  - El aprendizaje no está en función del medio, sino del método y estrategia instruccional que apliquemos sobre el mismo.  - El profesor es el elemento más significativo en la concreción del medio en el acto didáctico.  - Antes de pensar en términos de qué medio, debemos plantearnos para quién, cómo los utilizaremos y qué se pretende con él.  - Tan importante es lo que el medio aporta al sujeto, como lo que el sujeto es capaz de aportarle al medio.  - El contexto instruccional, cultural y físico es un elemento condicionador, que facilita o dificulta la inserción del medio.  - Medios técnicamente más sofisticados no significan mayores relevancias para el aprendizaje.  - Los medios más significativos son los que permiten la intervención sobre ellos por parte de los profesores y los estudiantes.  - Y que para innovar, cambiar y mejorar los centros y la educación, no es suficiente con la incorporación de medios, por muy sofisticados que sean y por muchas posibilidades técnicas y expresivas que permitan. 
        Estas modificaciones creo que podemos resumirlas en una, y es que los medios, cualquiera de ellos, sean tradicionales o de los denominados como nuevos, son simplemente instrumentos curriculares a utilizar cuando el alcance de los objetivos lo justifique, y el problema comunicativo a resolver lo requiera. 
        Una vez vistas estas cuestiones sobre el conocimiento actual que tenemos sobre los medios y las aportaciones que se derivan de la investigación en medios de enseñanza, pasaremos a presentar algunas de las posibilidades que nos pueden ofrecer las nuevas tecnologías de la información y comunicación, y los desafíos y retos que nos pueden aportar para la educación en general y para la formación de adultos en particular.  
tomado de: http://www.ugr.es/~sevimeco/biblioteca/tecnologias/documentos/iteoricas/it06d.htm#1

No hay comentarios:

Publicar un comentario